Capítulo uno. Édouard Louis en conversación con Elizabeth Duval

Édouard Louis entró en la literatura francesa como una exhalación con la publicación de Para acabar con Eddy Bellegueule (Salamandra, 2015), su primera novela inspirada en su propia vida. Su juventud (sólo tenía 22 años cuando la publicó), su talento y su estilo duro y a ratos tragicómico, le valieron el tan manido sobrenombre de enfant terrible. Sin embargo, Louis es mucho más que eso.

Sus obras son ejercicios literarios en que conscientemente arroja luz sobre mundos invisibles de los que la literatura nunca habla; lenguajes que la literatura nunca utiliza, como el proletario y de las clases bajas; violencias que aún a día de hoy provocan vergüenza en la víctima y no en sus torturadores, como la que se ejerce contra las personas homosexuales. Porque como él bien dice: “Quería hacer literatura con todo lo que, aparentemente, se excluye de ella”.

Con su crítica social demoledora y la denuncia de opresiones a las que aún hoy están sometidos ciertos grupos, no solo trastorna sistemáticamente una burguesía cultural demasiado acostumbrada a mirarse el ombligo, sino que también pretende confrontar a los lectores para que, más allá de simplemente estar informados, reaccionen, se impliquen y se indignen como él mismo hace.