- A veces alguien se queda mirándole a uno.
- Ya veo. ¿Y se acerca? ¿Sin motivo?
- Sin motivo. Y entonces se entabla una conversación sobre cualquier tema general.
- ¿Y luego? ¿Qué ocurre luego?
(
El Square. Marguerite Duras)
Un parque, de por sí, ya es un escenario. Citas concertadas, encuentros casuales, conversaciones fútiles que en ocasiones devienen en reflexiones profundas de dos o más individuos, hogar de indigentes, lugar de contemplación, de paseo, de juego, de seducción... El banco se convierte en el sitio idóneo para la complicidad o el antagonismo, aunque sólo sea por la proximidad física de dos desconocidos. La palabra hace el resto. Este es el punto de partida de las 8 piezas que componen
Continuidad de los parques, como también lo fue anteriormente en obras como
El Square, de
Marguerite Duras, o
Historia del Zoo, de
Edward Albee. Pero a diferencia de éstas, donde asistimos al drama de sus personajes,
Continuidad de los parques nos propone un juego perverso, cómico y engañoso; un retablo de apariencias, de continuos equívocos a medio camino entre el realismo y el absurdo.
Es una obra repleta de sorpresas, ágil, desconcertante y eminentemente divertida.
En
Continuidad de los parques, Roberto Álvarez, Fele Martínez, Gorka Otxoa y Luis Zahera, interpretan a más de 20 personajes, que se cruzan, chocan, encuentran y “desencuentran” en un parque. El parque, ese
trozo de verde en medio del cemento, del ruido y de la “multitudinaria” soledad de las ciudades. Allí, en un parque, se apaciguan los ruidos exteriores y los interiores, se modifican los olores, el ritmo, el latido. En un parque cambian las reglas del juego, y uno se encuentra consigo mismo. Y, puede que gracias a eso, se encuentre también con
el otro. ¿O es al revés? ¿Es el encuentro con el otro el que propicia que uno se descubra a sí mismo?
La obra disecciona, a través del humor, el dilema entre
tu verdad,
mi verdad, y
la verdad, y
es el espectador el que finalmente elige su propia aventura.
Continuidad de los parques bebe del espíritu de los relatos de
Roald Dahl y de
Saki. Su afán común es el de sorprender, con ingenio y sentido del humor; componer situaciones donde el desenlace imprevisto de sentido a la extrañeza inicial. Los personajes adquieren su verdadera dimensión, su comportamiento “coherente”, una vez sobrepasan el umbral de lo incomprendido. Y precisamente como consecuencia de ese conocimiento equívoco y parcial, el espectador puede disfrutar del desconcierto y el regocijo.
Continuidad de los parques nos da una visión distorsionada de la realidad a través de la mirada de algunos de sus personajes. En casi todas estas piezas existe una clara dualidad entre locura y racionalidad, una confrontación entre el inconfundible mundo exterior observado por un personaje y la visión modificada, desde el interior, por parte de otro personaje. Y en ese, digamos, conflicto, el individuo racional y pasivo acaba entrando en el juego del antagonista, ya que es contagiado o conducido hacia el desequilibrio, el paroxismo o el placer que le procura esa nueva visión de la realidad.
Diseño Iluminación/Dirección Técnica
Braulio Blanca.
Dirección de Arte y Atrezzo Eva Ramón
Auxiliar de Atrezzo Beatriz Ramón
Audiovisuales y Espacio Sonoro Joe Alonso
Diseño y realización de Vestuario Elda Noriega
Composición Musical Marta Solaz
Diseño gráfico y Coordinación Artística Antonio Vicente
Ayudante de dirección Maite Pérez Astorga
Auxiliar de dirección Rebeca Ledesma
Fotografía Jerónimo Álvarez y Antonio Vicente
Coreografía de "Yeguas en la noche" Diana Bernedo
Diseño banco Braulio Blanca y Sergio Peris-Mencheta
Realización banco Readest Montajes
Asesor de magia Nacho Diago
Taller de clown Nestor Muzo
Maestro de Loop Station Marcos Martínez - Grison Beatbox
Garffiti Parque “el Niño de las Pinturas”
Jefa de Prensa Maria Díaz
Community Manager: Esther Alvarado
Ayudante de Producción Xabier Murua
Dirección de Producción y Producción Ejecutiva Nuria-Cruz Moreno
Dirección, adaptación y Espacio Escénico Sergio Peris-Mencheta